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Cambios radicales: Marisol y su desvinculación del franquismo hacia el comunismo

María de los Ángeles Flores, conocida popularmente como Marisol, fue una de las figuras más emblemáticas y queridas del cine español durante la época franquista. Tras su retiro de los escenarios, su vida tomó un giro inesperado que sorprendió tanto a sus seguidores como a la sociedad española de aquel entonces. La niña prodigio, que había sido manipulada y explotada por el régimen de Franco, en su madurez, hizo una declaración pública abrazando ideales completamente contrarios, al convertirse en una ferviente seguidora del comunismo.

La vida de Marisol estuvo marcada por lo que podríamos llamar 'tres traiciones'. Primero, a los ideales del régimen franquista que la vio crecer. Segundo, a la industria del espectáculo que la explotó. Y tercero, a la imagen pública que había construido, que llevó a cabo un cambio radical en su vida y en su idealismo político. Esta última traición fue la más significativa, ya que marcó un antes y un después en su vida personal y pública.

Después de retirarse en la cima de su carrera para proteger su vida personal y la de sus hijos de la vorágine mediática, se mudó a Málaga donde llevó una vida discreta lejos del ojo público. Fue en esta etapa de su vida donde Marisol comenzó a interesarse y a involucrarse activamente en política, adoptando con fuerza los ideales comunistas. Este fue un giro inesperado para muchos, dado su pasado apolítico manifestado durante la época dorada de su carrera. Marisol, cambiando su nombre a Pepa Flores, denotó esta transformación adoptando un rol activo en la lucha por la justicia social, la igualdad y los derechos obreros, movilizándose junto a varias organizaciones de izquierda en España.

El cambio radical de Marisol no solo revela la evolución de una estrella infantil manipulada en un instrumento de propaganda franquista, a una mujer empoderada y luchadora por causas justas, sino que también simboliza las transformaciones políticas y sociales que vivía España en aquel momento. El caso de Marisol es emblemático porque ilustra cómo una figura pública puede influir y ser influida por las corrientes políticas, cambiando no solo su vida sino también, posiblementemente, la percepción pública sobre temas de gran calado social y político.

Marisol, o Pepa Flores, se convirtió en un símbolo de la resistencia y del cambio, no solo en su vida sino en la historia de España. Su legado, a pesar de las controversias, sigue siendo una fuente de inspiración para muchos, especialmente para aquellas personas que luchan por transformar su mundo.